Los cultivos forrajeros cosechados para ensilado contienen naturalmente microorganismos “buenos” y “malos”. Los microorganismos “buenos” incluyen las bacterias ácido lácticas (BAL), que ayudan a ensilar el cultivo. Los microorganismos “malos” o de descomposición incluyen los clostridios, enterobacterias, bacilos, levaduras y mohos que afectan negativamente la calidad del ensilado.
Los inoculantes de forraje contienen bacterias vivas y a veces se combinan con enzimas. Las bacterias se añaden para inocular el forraje recién cosechado con microorganismos “buenos”. Las enzimas, cuando están presentes, mejoran la digestibilidad de las fibras y aumentan el contenido de azúcar soluble para las bacterias “buenas”.
Los inoculantes se utilizan principalmente para:
- Estimular o garantizar una fermentación rápida y eficaz
- Inhibir el deterioro aeróbico
Beneficios de los inoculantes de forraje
Incorporar un inoculante en su programa de ensilado puede contribuir a:
- Optimizar el valor del forraje. El uso de inoculantes permite que el forraje alcance rápidamente un nivel de pH donde se inhibe el crecimiento de bacterias que degradan las proteínas. Esto resulta en mejores valores de proteína en el ensilado de pasto.
- Optimizar el consumo de forraje. Los inoculantes limitan la producción de elementos desagradables, como las aminas biógenas.
- Mejorar la seguridad. Las esporas de Listeria y bacterias butíricas son sensibles a un pH bajo. Con una acidificación rápida, hay menos oportunidades para que estos microorganismos se desarrollen.
- Reducir las pérdidas. Los inoculantes basados en bacterias ácido lácticas reducen la pérdida de materia seca (MS) al acelerar el proceso de acidificación. Otros inoculantes tienen propiedades antifúngicas que reducen las pérdidas causadas por levaduras y mohos, así como el calentamiento en el frente del ensilado después de abierto.
Estimulantes de la fermentación
Los inoculantes de forraje bacterianos generalmente contienen BAL eficientes (homofermentativas) como Lactobacillus plantarum, Pediococcus acidilactici o Pediococcus pentosaceus. Estas BAL ayudan a aumentar la tasa de caída del pH y a disminuir la producción de ácidos acético y butírico.
Inhibidores de la descomposición
Los inoculantes diseñados para inhibir la descomposición pueden contener BAL específicas, por ejemplo, bacterias heterofermentativas como Lactobacillus buchneri, o bacterias productoras de ácido propiónico. Estos productos están diseñados para su uso en materiales más propensos al deterioro aeróbico, como el pasto (>30% DM), el maíz, los ensilados de otros cereales, el maíz de alta humedad (HMC), los granos de cereales y el embalado.
Cepas de bacterias
No todas las bacterias son iguales, aunque tengan el mismo nombre. Las empresas tienen cepas únicas que se han desarrollado y estudiado bajo condiciones rigurosas. Las cepas bacterianas necesitan ser comprobadas para su uso en forraje. Revise el número de identificación de la cepa y asegúrese de que coincida con los utilizados en los estudios.
Otras ayudas para la fermentación
Los inoculantes de forraje bacterianos son solo un tipo de ayuda o estímulo a la fermentación. generalmente, los inoculantes de forraje bacterianos proporcionan un resultado más predecible que otras ayudas a la fermentación, tales como:
- Azúcares: La adición de azúcares, como la melaza, puede mejorar la fermentación en algunos forrajes. Sin embargo, añadir melaza puede empeorar las pérdidas por efluentes. Además, su alta tasa de aplicación y viscosidad hacen que sea más difícil de agregar que otros aditivos.
- Residuos: Se puede utilizar la pulpa de los cítricos o la cáscara de piña como ayuda a la fermentación. Sin embargo, estos productos sólo están disponibles por temporada y para un número limitado de productores.
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